Cómo se ganó la lucha por Vieques - unidad y fortaleza nacional

Dr. José (Ché) Paralitici.

Extracto:
La Marina de Estados Unidos se estableció en Vieques desde 1941. Llegó a controlar tres cuartas partes de las tierras viequenses, confinando a la población a “vivir” en el centro de la isla. La Marina ocupó y controló 26,000 de las 33,000 cuerdas del municipio. Como consecuencia de lo anterior gran parte de la población tuvo que emigrar hacia las Islas Vírgenes, la isla grande (como llaman los viequenses a la mayor de las islas del archipiélago puertorriqueño) y a otros lugares. Por años se protestó por quedar atrapados los viequenses en el centro de la isla y para que no hubiese presencia ni prácticas bélicas en la zona. El 19 de abril de 1999 el viequense David Sanes Rodríguez, guardia civil que laboraba para la Marina, murió a causa de unos bombardeos de aviones militares durante  otro de los ejercicios militares que se llevaban a cabo en la zona. De inmediato hubo respuesta…
La causa de Vieques logró unir a muchos sectores en el reclamo del cese de las prácticas bélicas y en el de la salida de la Marina de Estados Unidos de Vieques. Nunca antes en la historia nacional nuestra se había logrado una unidad tan amplia que incluyera a partidos políticos, a diversos sectores sociales, religiosos, académicos, sindicales y hasta el gobierno de Puerto Rico, entre otros. Fue la primera ocasión que tanta diversidad logró juntarse para un fin común y en el cual el liderato mayor de la presión hecha estuvo a cargo de sectores sociales y no de partidos ni organizaciones políticas, ni del gobierno. Se supo – como veremos más adelante – llevar a cabo una lucha en la que se contó con el apoyo del gobierno pero que a la misma vez se supo presionar a éste para que cumpliera con la responsabilidad que tenía que ejercer.

 

   Repasando en estos días, previo a esta actividad de hoy, no dejo de concluir lo importante y fundamental que fue la Coordinadora Todo Puerto Rico con Vieques (TPRCV) en el logro para que saliera la Marina de Estados Unidos de nuestra querida Isla Nena. No había visto hasta entonces -  como no lo ha habido luego del 2003 cuando se logró que la Marina saliera de Vieques -  una organización que tuviera tantos aciertos y hubiese trabajado tan exitosamente a la vez en diferentes campos, en una lucha de tan alto nivel y envergadura, como de compromisos y sacrificios, como fue la que hicimos por Vieques.
 

   En las muchas conferencias y artículos que he dictado y escrito sobre la lucha de Vieques siempre he sostenido que el éxito de la misma se debió a varios factores que supimos llevar a cabo con la táctica correcta y con la humildad, el cuidado y el patriotismo que se requieren en luchas difíciles y con grandes metas. Todo tenía que converger para que se lograra que el presidente de Estados Unidos – como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas estadounidenses -  firmara una orden ejecutiva ordenando a la Marina cesar todos los ejercicios militares y ordenara la salida definitiva de la armada de la Isla Nena, luego de establecerse allí desde principios de la década de 1940.

   El independentismo (incluyendo a Pedro Albizu Campos que a finales de 1940 fue una fuerte voz)  y algunos viequenses, llevaban más de cinco décadas luchando para lograr el mismo fin. La lucha y el sacrificio de estos dos sectores habían establecido una sólida base para dejar una mecha a punto de incendiarse para que se lograse el objetivo final. Para varios de los luchadores (y no  luchadores) esta causa había costado muchos sacrificios, persecución y represión, como también tiempo en cárcel, y lo peor, perder la vida. Tengo entendido que habían muerto unas diez personas a causa de la presencia de la Marina en Vieques antes de 1999, y la muerte del maestro independentista Ángel Rodríguez Cristóbal en una cárcel en Tallahassee, Florida en 1979.


  Tristemente, el 19 de abril de 1999 muere David Sanes Rodríguez víctima de una bomba lanzada por un avión de la Marina de Estados Unidos en uno de los ejercicios militares efectuados en Vieques. Inmediatamente hubo una reacción de protesta ante la desgracia de la pérdida de otra vida más a consecuencia de la presencia y las prácticas navales allí.  Contrario a lo ocurrido en ocasiones anteriores se reaccionó de inmediato- en Vieques y en la Isla Grande -  y se llevaron a cabo acciones de desobediencia civil al establecerse unos compañeros en la zona controlada por la Marina. Días después un grupo de ciudadanos se reunieron en el Ateneo Puertorriqueño, para que de manera amplia nos organizáramos para protestar por la muerte de Sanes Rodríguez y la presencia de la Marina en Vieques. Este tipo de convocatoria no era algo nuevo, se había hecho antes. ¿Qué hubo en esta ocasión para hacer una diferencia a las otras veces? Recuerdo que a la reunión en el Ateneo asistieron unas 75 personas, más o menos. Yo fui en representación del Congreso Nacional Hostosiano (para entonces formaba parte del cuerpo directivo de esta organización política). En esa reunión se nombró un comité provisional para que convocara más tarde a una gran asamblea de pueblo.
 

   Trabajamos con prisa y una de las recomendaciones – que fue uno de los primeros grandes aciertos – fue que el nombre del grupo se llamara Todo Puerto Rico con Vieques. A las pocas semanas cientos de personas nos reunimos en Caguas y quedó fundada la Coordinadora Todo Puerto Rico con Vieques (TPRCV). Ese TODO fue fundamental. Había que buscar la manera de que en la lucha por sacar a la Marina de Vieques estuviesen comprometidos TODOS, y ese TODO incluía a representantes de todos los partidos e ideologías políticas, para empezar.

   Así comenzamos. Todo Puerto Rico con Vieques trazó la estrategia de trabajar en conjunto  con lo que he llamado los cinco pilares en la lucha de Vieques:
- Lograr la unidad de un pueblo (la amplitud en el compromiso de lucha).
- Apoyar la desobediencia civil y que participara la mayor amplitud posible.
- Difundir y educar sobre la historia y la realidad viequense.
- Llevar el mensaje a Estados Unidos y lograr el apoyo de diversos sectores allá.
- Llevar el mensaje al plano internacional.

Con todos estos pilares TPRCV trabajó con ahínco y esmero, y con todos a la vez, exigiéndose la mayor calidad de trabajo y tácticas posibles durante toda esta nueva etapa de la lucha por la paz de Vieques. Si deseábamos una victoria había que luchar de manera diferente y ambicionar lo mayor. El fin era lograr que la Marina saliera de una vez y por todas, y no se podía continuar haciendo lo mismo que por años se venía repitiendo. Además, se tenía que pensar en grande.

 

   Por otra parte, el gobernador de Puerto Rico, Pedro Rosselló González  había emitido una importantísima orden ejecutiva el 11 de mayo de 1999, a menos de un mes de la muerte de Sanes Rodríguez. Dicha orden creaba una comisión especial para estudiar la situación de Vieques y los efectos de las actividades de la Marina, las estrategias y las alternativas que podría tomar el gobernador, asimismo las recomendaciones para el primer ejecutivo. La composición de dicha comisión nos sorprendió a todos de manera muy positiva.  Personas de todos los partidos fueron incluidas, además de representantes de Vieques y su alcaldesa, entre otros. Fue una comisión que tuvo un gran compromiso y dedicación. Cumplió en someter sus hallazgos y recomendaciones en el tiempo que le dio el gobernador Rosselló, 45 días. Cabe destacar que la principal recomendación de las trece de la  comisión entregadas al gobernador fue: “Exigir el cese y desista permanente e inmediato  de todas las actividades de la Marina con el traspaso ordenado con celeridad de sus terrenos para uso y disfrute del pueblo de Vieques”.  


   Otra vez quedamos sumamente sorprendidos de manera positiva al gobernador Rosselló aceptar muy comprometidamente todas las recomendaciones de la Comisión Especial de Vieques. Nos dio mucha alegría y fuerza para continuar nuestro camino que apenas estaba comenzando.

 

   A los pocos días de conocerse el informe TPRCV llevó a cabo su primera gran actividad, una multitudinaria marcha el 4 de julio en Ceiba, donde estaba el símbolo mayor de la presencia de la Marina de Estados Unidos en Puerto Rico por ubicar en este pueblo la base naval Roosevelt Roads. Esa primera actividad fue todo un éxito, con una asistencia de unas 50 mil personas. No olvido que asistieron políticos de TODOS  los partidos. Por el PNP dijeron presente los licenciados Augusto Sánchez y Luisa Lebrón, representante y senadora, respectivamente. Para mi fue motivo de alegría ver a ambos en la marcha. El TODO se había logrado con la presencia de ellos y algunos otros del PNP.


   A los pocos días nos dirigimos al Congreso y a la Casa Blanca en Estados Unidos. TPRCV conformó una delegación en la que incluyó a algunos de los candidatos a Comisionado Residente.  Antes habíamos hecho las gestiones para ser recibidos en Washigton. Algunos de nosotros fuimos días previos a Nueva York para buscar el apoyo de nuestros hermanos en la urbe. El concejal José Rivera -  estrechamente vinculado al Partido Demócrata - de inmediato se sumó y comenzamos a planificar cómo involucrar a los representantes  de la ciudad de los rascacielos en la lucha, lo que se logró de manera rápida.

 

   Desde ese instante hasta el 2003 la capital estadounidense y Nueva York, entre otras ciudades de ese país, fueron visitadas por nosotros con mucha frecuencia. En Estados Unidos se organizaron grupos de apoyo como fue Todo NY con Vieques, y otros similares en Filadelfia, Chicago y Los Ángeles, entre otras ciudades.  Era primordial llevar la lucha a Estados Unidos. Se reconoció desde el principio que allá había mucho que hacer. Es poco el tiempo que hay para contar lo mucho que se trabajó allá con los hermanos boricuas, hispanoamericanos y con muchos estadounidenses. La presión tenía que llegar al presidente de Estados Unidos quien también es el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de ese país. Había que hacer la presión desde adentro. Se supo también utilizar allá el tiempo pre electoral como parte de las tácticas trazadas. Había elecciones también en el 2000, igual que en Puerto Rico.

 

   Jamás olvido que para la primera actividad en Washington le cursamos invitación para que se uniera a nosotros a Carlos Romero Barceló, quien entonces era el Comisionado Residente. (No les niego que recibí algunas críticas por haber cursado dicha invitación). El fin era que TODOS se adhirieran al reclamo de que la Marina saliera de Vieques, y lograr  que el ex gobernador fuese parte de los reclamantes nos daría  más fuerza. José Alfredo Hernández Mayoral era precandidato por el Partido Popular y se unió al grupo, también lo hizo el candidato del Partido Independentista.

   Estando en la reunión en el Indian Treaty Room, (qué ironía, pensamos) recuerdo que le expresé a Jeffrey Farrow – encargado de los asuntos sobre Puerto Rico – que había un gran compromiso de todos los sectores a apoyar la desobediencia civil y que no dudaba que los presidentes de los partidos políticos se unieran al del PIP, Rubén Berríos, para entrar a los terrenos controlados por la Marina. (En verdad, no veía lejos esa posibilidad, aunque algunos lo creyera una quimera). 

 

   Fue cardinal la desobediencia civil. En un informe de TPRCV, dirigido por la doctora Pilar Beléndez Soltero, se concluye que unas dos mil personas fueron arrestadas en Puerto Rico y en Estados Unidos y que casi mil fueron a prisión. Para hablar de desobediencia civil nos llegamos a reunir con el ex gobernador Rafael Hernández Colón, con Sila Carlderón, entonces presidenta del PPD, y hasta con Ángel Morey, Secretario de la Gobernación en el gobierno de Pedro Rosselló, entre otros. 

Calderón convocó a un grupo de miembros del PPD para que se reuniera con nosotros. Ese grupo estaría a cargo de levantar un campamento de desobediencia civil en la zona militarizada de Vieques, entre otras acciones relacionadas que entendieran que podrían llevar a cabo. Algunos de sus miembros fueron el entonces alcalde de Vega Baja Luis Meléndez Cano, Mercedes Otero y Héctor Luis Acevedo.

 

   Es importante repetir que los mencionados cinco pilares de la lucha de Vieques se llevaron a la vez incluyendo desobediencia civil también en Estados Unidos. El 4 de mayo de 2000, cuando se dan los primeros arrestos con el desalojo de los terrenos del este en donde se habían construido 17 campamentos de desobediencia civil, fueron arrestados los congresistas Luis Gutiérrez y Nydia Velázquez, el concejal José Rivera, entre otros. En Estados Unidos ese día el congresista José Serrano fue arrestado frente a Casa Blanca.

 

   A Puerto Rico, decididos a ser arrestados vinieron luego, José Rivera (por segunda ocasión), Adolfo Carrión, Administrador de El Bronx, Roberto Ramírez y Al Sharpton, ex precandidato a la presidencia de Estados Unidos por el Partido Demócrata, además de ser uno de los principales líderes de los negros en ese país. Ellos recibieron el mote de “Los 4 de Vieques”. También fue arrestada en Vieques Jacqueline Jackson, esposa de otro gran líder negro y también ex precandidato a la presidencia Jesse Jackson. Estuvo presa por 10 días. No olvido que estando en las vistas de fianza le di a ella las gracias por todo su apoyo y le dije que con todo lo aportado hasta entonces era más que suficiente. Ella me expresó que no aceptaba que le prestáramos la fianza porque su acción era un asunto de principios. Es ella una de las personas que con más cariño recuerdo de ese tiempo. Quienes estuvieron con ella en prisión pueden hablar mucho más. También de Estados Unidos estuvieron presos Robert Kennedy, hijo, el concejal Adam Clayton Powell, hijo (candidato ahora al Congreso por NY), el actor Edward James Olmo, el congresista Luis Gutiérrez (también por dos ocasiones), veteranos de la guerra de Viet Nam, el líder sindical Dennis Rivera y el ex campeón mundial de boxeo José (Chegüí) Torres, entre muchos otros más.

 

   Es importante exponer – y más ante una audiencia en una Facultad de Derecho – que TPRCV inició en octubre de 1999 una serie de talleres de desobediencia civil que se extendió hasta el 2003, hasta pocas semanas antes de salir la Marina en esa fecha. Fueron talleres públicos en los cuales exponíamos como se iba a “violar” la ley y todas las consecuencias que esto acarrearía. Fueron cientos de personas las que asistieron.  Para todos, el sacrificio que había que tomar valía la pena. Violar una ley injusta o injustamente aplicada en el lugar equivocado, era honra. Estos talleres se ofrecieron en el Ateneo Puertorriqueño, primeramente y luego en el Colegio de Abogados. También en otros lugares como, por ejemplo, en la alcaldía de Carolina.  Se educaba en primera instancia sobre el valor y la historia de la desobediencia civil, principalmente con los ejemplos de Mahatma Ghandi, Henry David Thoureau y Martin Luther King. 

 

   Con relación al tema de la desobediencia civil y su significado no puedo dejar de incluir la valiente acción tomada por la jueza Carmen Consuelo Vargas. Desde los primeros arrestos, por una cuestión de principios y verdaderos valores, decidió inhibirse y no atender ninguno de ellos.

   Regresando a los primeros meses del importante primer año de lucha, se continuó con el plan de llevar los cinco pilares a la vez. Continuamos con la educación y difusión del caso, la desobediencia civil, las visitas a Estados Unidos y los otros.
 

   Antes de culminar el 1999 comenzamos a recibir los primeros tropiezos. En las luchas hay flujos y reflujos, altas y bajas. Sin embargo, lo principal es persistir y siempre seguir adelante, y más cuando es un asunto de principios y verdadera humanidad en la que la vida y la salud de un pueblo están en riesgo. El adversario no era uno débil, todo lo contrario, tenía mucho poder y prepotencia. El gobernador Rosselló desde un principio había actuado de manera firme y comprometida con resolver la causa de Vieques porque era un asunto de derechos humanos. En unas recordadas vistas de la Comisión de las Fuerzas Armadas del Senado que presidía John Warner el gobernador expresó que en Vieques se habían cometido muchas injusticias, que se había utilizado armas químicas, que se había causado mucho daño ecológico en la zona, que no se había cumplido con el Memorando de Entendimiento de 1983, que la isla tenía el mayor porciento de cáncer en todo Puerto Rico y que ya los puertorriqueños habían llegado al límite de la paciencia… y mucho más. El senador por Oklahoma James  Inhofe tuvo una fuerte reacción a la ponencia del gobernador. El gobernador le respondió con el ya famoso “Don’t push it” en el careo que sostuvieron.

 

   Los puertorriqueños se sintieron muy orgullosos con la defensa del gobernador. Hubo hasta emociones de gran estima patria porque el gobernador se le había enfrentado al americano. Bueno, hasta recibí algunas llamadas de independentistas que me sugirieron que organizara un recibimiento en el aeropuerto al llegar él a Puerto Rico.

 

  Durante varias semanas luego Rosselló continuó firme en sus posturas e incluso expresó que podría ir hasta los tribunales si se reiniciaban las prácticas bélicas en Vieques. El gobernador había asignado fondos para que se hicieran unos estudios y sus resultados podrían ser utilizados por el Departamento de Justicia en caso de tener que tomar una acción legal contra la Marina. Uno de estos estudios fue el encomendado al científico James Porter.  Hasta llegó a expresar la segunda semana de noviembre de 1999 que estaba dispuesto a unirse al presidente del PIP, Rubén Berríos en la desobediencia civil.
 

   En esos días hubo mucha presión hacia el ejecutivo puertorriqueño, tanto desde Estados Unidos, como desde el propio Puerto Rico. Aquí, el propio fundador del PNP, Luis A. Ferré se había expresado en contra del apoyo a Vieques y dijo que había que parar la campaña “nacionalista y separatista” que se estaba llevando a cabo, según él. Casa Blanca, por otro lado, insistía que el gobernador se reuniera con el Secretario de Defensa William Cohen. El 13 de noviembre el presidente William Clinton llama a Rosselló desde Turquía para hablar de Vieques. Para entonces Clinton reclamaba en que se llegara a un acuerdo, proponiendo la salida de la Marina en cinco años.

   La prensa informaba que Rosselló había aceptado un acuerdo con Clinton, aunque no era algo oficial. Ya a principios del 2000 nos enteramos de lo que se conoció como las “directrices presidenciales”. Entre otros puntos estas imponían:
- El uso de bombas inertes por 90 días al año.
- La retirada de la Marina en el 2003.
- Una compensación de $40 millones a Vieques.
- La entrega parcial de tierras.
- Un referéndum – y si se aprobaba por los viequenses el uso de balas vivas se le otorgaría a la isla $50 millones adicionales.
- Y la ayuda para remover a los desobedientes. (hay que recordar que hubo 17 campamentos de desobedientes civiles en las zonas restringidas por la Marina en Vieques y que había que sacarlos para que se pudiese continuar con las prácticas militares en la zona que estaban detenidas desde abril de 1999).

 

   Como algo único en la historia de Puerto Rico el 1 de febrero Clinton se dirigió por televisión a los puertorriqueños para que apoyasen sus directrices. Por su parte, también Rosselló le pide al pueblo que acatasen las directrices. Contó él con el apoyo de Rafael Hernández Colón y con el de su hijo José Alfredo.
 

   Como era de esperase hubo una pronta y fuerte reacción en contra de estas directrices. Se aumentaron las actividades y se fortaleció la lucha. Cuando se lucha por causas justas aunque haya tropiezos hay que seguir adelante. No era el primero ni fue el último. Hubo muchos más,  los que lograron vencerse a su tiempo.
 

   Creo que Rosselló tuvo mucha presión de parte del presidente Clinton, del Departamento de la Defensa, de la Marina, de algunos congresistas como Inhofe y Warner, entre otros, de Ferré y hasta del ex gobernador Romero Barceló quien todavía era Comisionado Residente y había cambiado su postura a favor de Vieques. No obstante, siempre he sostenido públicamente, que la política que asumió antes de las directrices presidenciales fue fundamental para que se lograra el éxito en la causa de Vieques.

   La reacción del pueblo en contra de las directrices presidenciales y de la aceptación de ellas por parte del gobierno de Puerto Rico nos llevó a organizar la mayor expresión de oposición jamás vista en el país con la marcha más multitudinaria de la historia,  al unirse las convocatorias de TPRCV, la de la Coalición Ecuménica y la de otras organizaciones. Se calculó una asistencia de más de cien mil personas que marchó por parte del expreso Las Américas hasta el estadio Hiram Bithorn en San Juan.

 

   Por otro lado, al ser año electoral en Puerto Rico se mantuvo el tema de Vieques en discusión y hasta se logró que los tres candidatos a la gobernación en el 2000, Sila Calderón, Rubén Berríos y Carlos Pesquera, entonces el candidato por el PNP, le enviaran una carta a Clinton pidiéndole la salida de la Marina.

 

   Por otra parte, George Bush, republicano, había ganado las elecciones en Estados Unidos. Esto nos traía mucha incertidumbre porque no estábamos seguros de la posición que iba a asumir. Podría mantener la orden ejecutiva de Clinton como podría también tomar otro paso que podría ser peor. Todo, entonces, nos llevó a luchar más y a continuar con los cinco pilares que les he mencionado, incluyendo, por supuesto, reforzar la desobediencia civil.

 

   Jamás olvidaré lo difícil que nos fue cuando el 11 de septiembre de 2001 cayeron las Torres Gemelas de Nueva York. Fue el día en que íbamos hacia Vieques para el funeral de la mamá del alcalde Dámaso Serrano. Parecía que la lucha se iba a detener. Comenzaba el período bajo el presidente George Bush, hijo y su llamada guerra contra el terrorismo y luego el famoso “Patriot Act”. Fueron muchos quienes nos dijeron que nos detuviéramos en la lucha y, sobre todo, con la desobediencia civil.

Sería muy peligroso continuar, aclamaban. Voces y personas de gran peso se silenciaron por un tiempo. Decidimos, por petición de los viequenses, hacer una moratoria de la desobediencia civil por un corto tiempo. La situación era muy tensa.

 

  TPRCV, por otro lado, aceptó la moratoria y continuó con su plan. No era justo que lo ocurrido en Nueva York,  que no tenía que ver  nada con nosotros, perjudicara a los viequenses. En menos de dos meses, en noviembre, estábamos en la Universidad de Princeton participando de un encuentro sobre la paz. En el mismo participó el reverendo Jessee Jackson. No  olvido su mensaje transmitido a toda la universidad, mas allá del anfiteatro en donde nos encontrábamos. El reverendo Jackson expresó que a Vieques había que seguir apoyándolo porque no era justo que pagara por un acto de injusticia que se había cometido en Nueva York. Le estaré siempre agradecido por su firmeza, solidaridad y apoyo en un momento tan difícil y coyuntural, y en el que algunas voces importantes estaban en un cauteloso sigilo. Jackson habló de Vieques, y en el propio Estados Unidos.
 

   Nuestra táctica era hacernos presentes en Nueva York, en el mismo lugar donde había ocurrido la tragedia, de la cual también nos solidarizamos. Ya en enero de 2002 estábamos allá gracias a las gestiones y al liderato del concejal José Rivera. Nos reunimos en Hostos College para hablar de Vieques, y también participamos en la iglesia de Al Sharpton en un encuentro multitudinario en el que él nos permitió expresarnos. Nueva York siempre fue importante y en esta ocasión lo era más.
 

   Como expresé al principio, la decisión de la salida de la Marina de Vieques estaba en las manos del presidente de Estados Unidos. Entonces, había que llegar de alguna manera al ejecutivo de ese país. Se nos hacía algo difícil porque Bush era de los principales asesores del presidente, también estuviera al tanto y ejerciera sus buenos oficios. En esto nos ayudó el arzobispo Roberto González Nieves.
 

   TPRCV también supo ejercer presión por otros medios además de los cinco pilares ya mencionados. En varias ocasiones tuvimos que recurrir a exigirle al gobierno más acción para lograr cumplimiento de algunas de sus agencias y departamentos constitucionales o para que se nos entregaran documentos que entendíamos eran públicos. Nuestra relación con el gobierno era buena pero esto no significaba que dejaríamos de exigir y presionar dentro del marco de la objetividad y nuestros derechos,  lo que respondía como parte de nuestra causa. Es de esta manera que le exigimos la entrega de unos documentos a la Secretaria de Justicia Anabelle Rodríguez, hoy juez del Tribunal Supremo, sobre la Junta de Planificación y unas negociaciones con la Marina sobre el Plan de Manejo de la Zona Costanera de Puerto Rico. TPRCV exigía que se divulgara los términos de las negociaciones. Gracias a la tenacidad de un estudiante de derecho – Javier Rosario,  quien colaboraba con nosotros – logramos obtener los documentos. De igual manera, en otra ocasión exigimos a Justicia, también bajo la misma Secretaria,  que se nos entregara los documentos del informe del Dr. Porter que había comisionado el gobernador Rosselló. También se nos negó. Aunque fuimos a los tribunales, el documento logramos obtenerlo cuando el amigo Rafi Escudero, miembro del PNP y también de TPRCV, en una búsqueda cibernética lo encontró.
 

   De igual manera llevamos a cabo una investigación – por parte del compañero (aquí presente) profesor Mario Rodríguez Valledor – sobre el incumplimiento de agencias federales y estatales a leyes y reglamentos que la Marina estaba violando.

Según la investigación había 180 violaciones. También al Memorando de Entendimiento de 1983. Le llevamos a la mano nuestro estudio a la gobernadora Calderón para que lo hiciera llegar a todos los funcionarios que tenían que asumir su responsabilidad. Nos consta que el mismo fue discutido.
 

   No tenemos el tiempo para dar a conocer mucho más de lo presentado a ustedes hoy de cómo se trabajó de manera amplia para lograr la salida de la Marina de Vieques. Sin embargo, les tomo un poco de espacio antes de culminar para exponerles parte de lo que se llevó a cabo en el campo internacional, en el que se fue hasta el tribunal de la Haya en Holanda para presentar el caso de Vieques. También se nominó al pueblo viequense al Premio Nobel de la Paz. Fanáticos de Ricky Martin en Italia se expresaron a favor de nuestra causa y hasta allá fue una delegación nuestra. Por otra parte, otros grupos y personas como el caso de Tito Trinidad que en una de sus peleas de campeonato celebrada en Estados Unidos y televisada al mundo entero vistió un pantalón con la frase “Paz para Vieques”. Asimismo, Carlos Delgado y otros peloteros de Grandes Ligas pagaron un anuncio en The New York Times. Periodistas españoles vinieron a Puerto Rico invitados por Acción Democrática Puertorriqueña (ADP)  para cubrir noticiosamente la situación en Vieques. Esta organización la dirigía el buen amigo abogado recientemente fallecido, Emilio Soler Mari. Televisión Española fue a Vieques y pasó su reportaje en su Informe Semanal. ADP también invitó a parlamentaristas de Argentina para que conocieran la situación de Vieques. La visita de los parlamentarios argentinos fue muy importante porque ayudó a que el mensaje llegara al lugar correcto para que no hubiese participación en las prácticas militares vistas públicas en la legislatura, llevamos a cabo investigaciones sobre la obligación y responsabilidad de las agencias gubernamentales con relación a Vieques. Entramos a Fortaleza, a las oficinas de los partidos políticos, a iglesias, escuelas, universidades y hasta clubes sociales, entre otros. Además, participamos en muchos eventos coordinados por otros, sin importarnos ideologías ni creencias. Se supo desarrollar una táctica de medios de prensa y de relaciones públicas y lograr el apoyo de compañías de publicidad para el referéndum en Vieques, por ejemplo. Asimismo, desarrollar muchas actividades que sirvieran de difusión y educación, ya fuesen en San Juan, en cualquier otra ciudad del país, en Estados Unidos o en cualquier ciudad del mundo que nos invitaran o pudiésemos visitar con nuestros recursos. Además, supimos separar lo que era la denominada sociedad civil con lo que es una verdadera unidad nacional.
 

   Sobre todo, y es lo más que nos llena de esperanza, se sembró la base para que no haya duda alguna de que el pueblo puede unirse para causas justas. De que esa unidad de pueblo, en casos extraordinarios,  incluya a los partidos políticos y al gobierno. Y, además, que son los ciudadanos comunes – el pueblo – quienes tienen que liderar las causas fundamentales en todas las patrias.


*Universidad Interamericana – Escuela de Derecho
Panel con el Dr. Pedro Rosselló y el Dr. José (Ché) Paralitici
21 de enero de 2016